Philip Fisher
Sus observaciones le llevaron a pensar que en la costa Oeste de Estados Unidos había una magnífica oportunidad para crear una empresa de asesoría de inversiones especializada que fuera la antítesis de aquella antigua pero poco halagadora descripción de ciertos corredores de bolsa: hombres que saben el precio de todo y no reconocen el valor de nada.
El 1 de mayo de 1931 fundó Fischer & CO., una asesoría de inversiones con un interés centrado en unas cuentas empresas en crecimiento…
Phil Fisher
Phil Fisher tenía una filosofía sobre vender, o mejor dicho, no vender.
Fisher fue el inversor original a largo plazo. Simplemente lo hizo de una manera muy concentrada, un efecto secundario de su estrategia.
Él es el tipo que empezó a influir en la transición de Warren Buffett, de las empresas aceptables a un precio maravilloso de Ben Graham, a empresas maravillosas a un precio aceptable.
El cambio clave fue esencialmente pagar un precio más alto (pero todavía un precio infravalorado) a cambio de un recorrido más largo.
La filosofía de Fisher, se basa en encontrar un puñado de empresas que puedan crecer a una tasa alta y sostenible durante largos períodos de tiempo. Mientras que la inversión típica de Graham podría tener un período de tenencia de uno a tres años, la de Fisher fue de décadas.
Entonces, cuando llegó el momento de vender, la respuesta de Fisher fue, con suerte, nunca. Ni siquiera si las acciones se ponen “caras”. Su inversión en Motorola es un gran ejemplo:
Cada $1,000 que mis clientes y yo invertimos en Motorola en 1957 ahora vale $1,993,846, después de todos los altibajos de las acciones y del mercado…
Si hubiera vendido Motorola porque pensé que estaba sobrevalorado hace 10 o 15 años, lo más probable es que no hubiera sabido cuándo volver y me hubiera perdido una gran ganancia. Si una de mis acciones se sobrevalora, les advierto a mis clientes que las cosas pueden ser desagradables por un tiempo, pero que luego alcanzarán un nuevo máximo.
La conclusión más importante es que durante décadas, una acción obtendrá un rendimiento similar al que gana la empresa. Una cesta de empresas con altas tasas de crecimiento sostenibles tiene acciones que se capitalizan a una tasa similar. Y vender temprano puede ser costoso.
Los inversores a largo plazo deben centrarse en lo que importa: el crecimiento empresarial, no las oscilaciones de precios.
En su libro, «Acciones ordinarias y beneficios extraordinarios», Fisher nos ayuda a saber qué y cuándo comprar, cuándo es momento de vender y cuándo no, ademas de muchas características que ha de tener nuestra inversión para que durmamos plácidamente.
Como dice Phil Fisher:
Este libro está destinado a todos los inversores, grandes y pequeños, que NO aceptan esta filosofía: «Ya he tomado una decisión, no me confundas con hechos».
Si quieres saber qué y cuando comprar; y los momentos adecuados para vender acciones…
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