John Bogle

A finales del siglo XX, después de dos décadas de un boom económico, la industria financiera americana es más próspera que nunca.

Liderando este crecimiento explosivo está un nuevo tipo de compañía, la cual veinte años antes era totalmente inimaginable…

The Vanguard Group

La primera y más grande compañía de fondos indexados

“Olvídese de la aguja, compre el pajar. Compre todo el mercado y puede eliminar el riesgo de acciones, el riesgo de estilo y el riesgo del gestor. Sus probabilidades de encontrar la próxima Apple son escasos.”

John Bogle

Cuando era joven, Bogle logró ser aceptado en la prestigiosa Universidad de Princeton, donde estudió Economía e Inversión.

Allí se graduó con la calificación de magna cum laude en 1951, gracias a una tesis dedicada a los fondos de inversión: «The Economic Role of the Investment Company».

En aquella época, los inversores retail estaban muy separados del mercado de valores.

La década de los años 20 fue la mejor época para el mercado de la historia hasta la fecha, sin embargo, ver cómo tu vecino gana mucho dinero simplemente comprando «boletos» es algo demasiado apetitoso para nuestra naturaleza humana, lo que provocó un frenético boom de precios al alza que se retroalimentaba.

Sin embargo, no todo puede subir para siempre, desgraciadamente, para los que su envidia y codicia les hizo comprar activos financieros de los cuales sabían poco más que el nombre… todo se desplomó.

El Dow Jones llegó en 1932 a un mínimo histórico tras caer un 89,2% desde 1929. 

Esto mantuvo lejos a los inversores retail durante décadas.

Sin embargo, Bogle pensaba que los fondos diversificados volverían a traer esperanza a los inversores, al tratarse de instrumentos con bajo coste y baja volatilidad, pero con un viento de cola importante, aprovechándose de una economía al alza. 

Interesado en Bogle por su gran tesis, Walter Morgan, el fundador del Wellington Fund,   (quinto fondo más grande del momento) no dudó en contratar aquella promesa para su empresa.

A medida que pasaban los años, el apetito de los inversores por el riesgo se incrementaba. Para aprovecharse de esto, Bogle a creó un nuevo fondo de sólo acciones, lo que incrementaría la volatilidad pero con un enfoque conservador.

Un gran desempeño del fondo le hizo heredar el control sobre el Wellington Fund.

Sin embargo, en los 60, volvió la codicia desmedida de los inversores, donde el incremento de la competencia y la apariencia «aburrida» del crecimiento conservador del fondo pusieron en problemas a Bogle.

Debido a esta pérdida de popularidad, decidieron fusionarse con otro fondo, iVest, fondo con un gran track record en los recientes años, pero que abusaba del trading y la especulación, para volver a ganar visibilidad.

Contratar fondos sólo por su rentabilidad pasada es una de las cosas más estúpidas que puede hacer un inversor.

Como no podía ser de otro modo, el mercado no podía subir para siempre, al comienzo de los 70… la música dejó de sonar. Vinieron problemas con los demás miembros de la directiva y Bogle se quedó en un rol aparte.

Sin embargo, tuvo una idea, eliminar de los fondos la empresa de management que los gestionaba, salvando al fondo de millones de dólares en comisiones.

Esto fue un antes y un después en la industria.

Había nacido The Vanguard Group.

Todo se basa en gestionar el fondo para los accionistas, no para los managers.

Bogle pensaba que era casi imposible batir al mercado a largo plazo, entonces, aplicando la lógica, ¿para qué iba a pagarle a un manager cuando podría invertir en el mercado entero por un coste mínimo? 

La simpleza del fondo indexado es brillante y Wall Street no volvería a ser lo mismo. 

La idea era configurar un fondo de inversión que replicara el índice S&P 500, de modo que invirtiese en cada una de esas 500 empresas en la misma proporción que representasen en el índice.

Bogle continuó en Vanguard el resto de su carrera profesional, hasta que abandonó la presidencia en el año 2000, falleciendo en el año 2019.

 Palabras de Warren Buffet:

«John Bogle ha hecho más por los inversores que nadie».

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